Las estrellas fugaces, como se las conoce popularmente, son pedazos de piedra, o de metal, o de otras partículas que viajan por el espacio y que al entrar en contacto con la atmósfera de la Tierra, se incineran y dejan una estela de fuego en los aires.
Son residuos de cometas que viajan por el espacio, pero también basura espacial como tornillos, o restos de satélites caducos que orbitan el planeta. Pedazos de universo que caminan por el espacio. Son los llamados meteoritos.
Se estima que cerca de diez mil kilos de meteoritos surcan la atmósfera terrestre cada día. La gran mayoría son pétreos y se los conoce como condritas, los restantes son metálicos y están formados por hierro y níquel.
Por cierto, el primer meteorito del que se tiene registro aparece en un manuscrito chino del año 644 a.C. También Aristóteles habla de uno que observó en el año 467 a.C. y como creía que el cielo era inmutable y perfecto, supuso que se trataba de una piedra que había sido expulsada de la Tierra y que el cielo la había devuelto.
Todas las culturas del mundo han observado los meteoritos y le han dado su significación. Algunos pensaban que se trataba del alma de los muertos que viajaban hacia la eternidad, o de un presagio que traía calamidades o muertes. Algunos, como la etnia pilaga, del norte argentino, pensaban que las estrellas fugaces no eran otra cosa que “los excrementos de los astros”.
Las creencias modernas nos dicen que si uno ve una estrella fugaz surcando el cielo, deberá pedir un deseo. En Chile, este deseo es reforzado lanzando una piedra al cielo, como retribución de este regalo cuasi divino.
Sucede también que en ciertas fechas del almanaque, surgen en los cielos las llamadas lluvias de estrellas, que corresponde a las épocas cuando la Tierra, en su viaje espacial, hace contacto con las órbitas de ciertos cometas, que dejan residuo espacial, que hacen que se vean decenas y hasta cientos de estrellas fugaces en un corto período de tiempo.
Estas lluvias son periódicas y no es mala idea disfrutar de ese espectáculo. Preparar un lugar calmo al aire libre. Estar dispuesto a escuchar el silencio de la noche. Tal vez acompañarse con una copa de vino. Y rogar, sobre todo, que no esté nublado.
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25 octubre 2008
Una estrella fugaz: pide un deseo al cielo
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Ditulis Oleh : Kassiopea. // sábado, octubre 25, 2008
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Astronomía
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yo disfruto mucho del cielo parami es algo espiritual.
ResponderEliminarsi pudieras terner la experiencia de ver una lluvia de estrellas en las piramides de Mexico o Egipto. telo recominedo amiga
He visto lluvias de estrellas pero en España jejeje. Ya me gustaría a mi poder verlas en las pirámides.
ResponderEliminarYo quisiera estar en una estrella.
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