La niña que perdió su infancia

Hoy he leído esta noticia, sobre una niña que a sus 11 años ha escrito dos libros y ha impartido más de 200 conferencias.

Se llama Adora Svitak y aunque de origen asiático, vive en Washington. Es una niña muy inteligente y estudiosa; lee 3 libros al día, y es asesora de comunicación de diferentes instituciones. Aún no ha acabado la educación primaria y ya ha impartido conferencias en diferentes universidades y ha participado en eventos de diferentes multinacionales, y por supuesto ha ganado ya muchísimo dinero.

Si yo que ya tengo más de 30 años (pero menos de 40) vuelvo la vista atrás y me pongo a recordar mi infancia, me vienen a la mente imágenes nítidas de cuando iba al colegio. Volvía a casa por la tarde, mi madre me preparaba la merienda, mientras merendaba me sentaba a ver "Barrio Sésamo" o los dibujos que fuesen. Hacía los deberes del colegio y luego me ponía a jugar; muchas veces mi madre me llevaba a un parque cercano donde había columpios y otros niños con los que me relacionaba; jugábamos, nos peleábamos por el columpio (siempre había algún abusón que lo ocupaba demasiado rato), y cuando llegaba el fin de semana que mi padre no tenía que trabajar nos llevaba a pasear por la ciudad, o a diferentes parques, incluso a veces hacíamos salidas al campo.

Y a veces también leía. Cuentos, o tebeos, que cuando te compraban el último "Mortadelo" aquello era una fiesta.

Y yo me pregunto, ¿qué recuerdos tendrá esta niña de su infancia cuando sea mayor? ¿le preparaba su madre la merienda? No creo que tuviese tiempo, con tres libros esperándola para ser leídos; ¿cuántas veces la habrán llevado a jugar al parque? Pocas, tiene que preparar sus conferencias; ¿sabrá esta niña quién es Pedro Picapiedra? ¿y el Oso Yogui?

Está bien que los niños sean responsables y que sean aplicados en la escuela; me parece estupendo que de pequeños vayan adquiriendo afición por la lectura, que les guste aprender y explicar lo que han aprendido.

Pero no les roben su infancia. La infancia es una etapa de la vida que todos pasamos, y un niño además de ir aprendiendo tiene que jugar, disfrutar y hacer las cosas que hacen todos los niños.

Si nos hacemos adultos antes de tiempo ¿qué pasará con el mundo? ¿y la inocencia? ¿y las ilusiones? ¿y la fantasía?

Dejad que los niños sean niños.