La inmensidad del universo es un misterio, la pequeñez del átomo es un misterio y, en el medio, el hombre genera no menos incertidumbres. Uno de los grandes misterios que rodea al hombre es su cerebro (el mismo que precisamente utiliza para descifrar esos enigmas). El cerebro es quizá la parte más compleja del cuerpo y el órgano que genera mayores interrogantes.
Recientemente se ha sabido que científicos de la Universidad de California del Sur se han embarcado en un ambicioso proyecto para construir (a muy largo plazo) un cerebro artificial, basado sobretodo en la nanotecnología, la tecnología de las cosas más diminutas posibles. La idea es que manipulando elementos como los nanotubos de carbono se pueda llegar a reproducir estructuras similares a las de las conexiones entre neuronas, así como los inputs y outputs, que son los estímulos mediante los cuales funciona el cerebro.
¿Cuánto falta para que se fabrique el primer cerebro artificial? Nadie lo sabe. Pero Alice Parker, una de las científicas encargadas del proyecto, no puede menos que admitir que se está en las fases preliminares, es decir, trabajando aún en el modelo matemático de este cerebro artificial. Sin duda la dificultad principal radica en la gran complejidad del órgano y en la gran plasticidad que posee, y en que reproducir estas cosas en un modelo matemático es prácticamente imposible. Y ésto es justamente lo que están haciendo estos científicos, ir tras ese imposible.
Quizá el principal logro conseguido hasta ahora es haber logrado modelar una neurona arquetípica. El siguiente paso es crear, a través de un circuito de nanotubos de carbono, una red que conecte a estas neuronas.
Como se ve, desde aquellas primeras máquinas y herramientas de hierro, luego de madera, de plástico, etc., la ciencia y la tecnología cada vez se acercan más a los materiales “tan flexibles” del cuerpo humano (la mejor de todas las máquinas porque no es un máquina), con toda su plasticidad, su capacidad de adaptación y aprendizaje. Y el cerebro es el paradigma de todo ello. Pero ¿por qué? ¿Por qué intentar crear un cerebro? ¿Acaso porque tal vez así estemos mas cerca de resolver el misterio de la vida?
Un tema aparte es el hecho de que también se han realizado estudios evaluando la posibilidad de utilizar esta nanotecnología para aplicaciones en humanos, pero ésto aún conlleva muchos riesgos. La técnicas invasivas para sustituir alguna parte de cerebro por una de estas creaciónes de la ciencia podría generar más lesiones e incluso cáncer.
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12 febrero 2009
Construyendo un cerebro artificial
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Ditulis Oleh : Kassiopea. // jueves, febrero 12, 2009
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Hola Kassio.
ResponderEliminarEsto sumamente interesante. Hasta donde es que quiere llegar el hombre con sus inventos!.
Un artículo absolutamente interesante y que da pie a muchas reflexiones...pero aquí os dejo la mía: acas,o antes de jugar a ser dioses,... no sería bueno preservar la vida que ahora destruímos...Cuando dejemos de destruir ¿podremos entonces, generar nuevas formas de vida... que sustituirán a sus originales?...Creados a su imagen y semejanza...¿acaso el ser humano es un robot muy sofisticado en busca de su identidad perdida?. Cada vez me resulta más inquietante y/o fascinante al mismo tiempo.
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